Así de simple, quiéreme.
De una manera simple y limpia. No esperes nada a cambio, eso es querer de verdad, sólo así te iré sorprendiendo.
Quiéreme sin límites, sin insistencias nerviosas, sin expectativas que sólo existen para ti.
Revienta tus prejuicios y no hagas caso de tus corazonadas que se alimentan de normalidad que tú y los tuyos habéis instalado como verdades absolutas.
Quiéreme, atrévete, vente conmigo a subir el Everest. Lleva mi mochila que yo cuando pueda llevaré la tuya, pero te necesito para subir a la cumbre de mis posibilidades.
Yo llegaré al máximo y tú tienes que estar a mi lado, sólo así podré hacerlo.
No me tengas como una de tus prioridades pero tampoco como la gasolina que mueve el motor de tu olvido. Si me obvias y miras para otro lado contribuyes a que la brecha de la diferencia social cada vez sea más amplia y tú serás uno de los responsables.
Mira el aleteo de mis manos como aquellas caricias que te pido y no dejo que me des, pero inténtalo.
Huir no es la solución, acércate a mí, rompe las barreras que te enseñaron y por el hueco que dejes en ellas yo me encargaré de llegar hasta ti. Procura sacar de mis silencios lecciones de tranquilidad de estar obrando bien.
Te necesito y tú a mí, porque así los dos nos haremos enormes ante la injusticia social.
Que no te asuste la diferencia, ámala, pues gracias a ella tú consigues ser único.
Y de verdad, deja que los límites al amor que me tienes los ponga yo, a ti no te conviene.
Por favor, mañana cuando te levantes considérame una oferta válida para estar entre lo mejor que se puede hacer por otro ser humano: que es ayudarle.
Sé que lo harás, pues sólo de esta manera tu camino y el mío habrán merecido la pena.
Pocas cosas puedo prometer en esta vida pero te prometo que si me quieres de esta forma, cuando llegues conmigo a la cima, el sentirte orgulloso de mi será lo menos que te habrá pasado pues realmente de lo que estarás orgulloso será de ti mismo.
Además, si cumples este décimo mandamiento los otros 9 darán igual.
¡Vente por favor, vente! Yo solo no puedo subir; cuando coronemos la cima tú y yo seremos testigos de ese maravilloso paisaje.
Ah, y recuerda, yo ya te quiero de esta forma, aunque no pueda decírtelo.
-Reflexiones de una persona con autismo.
Fotografía: David Martín
“LAS HISTORIAS VAN TEJIENDO LA GRAN HISTORIA QUE PERMITE Y PERMITIRÁ A CADA SER HUMANO LA TAREA DE SENTIR LA ESENCIA DE LA HUMILDAD PARA BIEN CONVERTIRSE EN SEMILLA DE VIDA PARA FLORECER Y HACER FLORECER LA VIDA”
“DÉCIMO MANDAMIENTO: Una ordenanza es una práctica escrita, es una demostración de amor al pro-gimo. Décimo mandamiento quiéreme con la gracia de la humildad, el amor, la pasión, para juntos construir corazones bondadosos bellos y hermosos. Siéntete feliz y has sentir felicidad al (los) individuo(s) “ser humano” para que siempre SIENTA QUE ESTA VIVO para vivir en plenitud, porque en el descuido de uno frente a los demás hará un efecto contrario a el maravilloso evento de vivir y hacer vivir.
(¿)Una gran razón de vivir y ayudar a vivir en voluntad y amor por un mundo mejor! Jamás descuidar el don que hay dentro de cada ser humano, solo hay que ayudar y ayudarse para que se manifieste en el amor que nos conlleva a vivir felizmente y de la misma naturaleza positiva en “Fe y Esperanzas” transitar en cada pasaje de la vida lleno de dignidad para la cual la vida nos hacer ser útil y necesario para sí mismo, la familia y la sociedad a la que se corresponda.
“Dios y la Virgen – Padre y Madre – Guía de Nuestras Vidas”
Oswaldo E. Díaz D & Familia – Jueves 01-03-2018.